Intenciones no tan santas. Si bien la asistencia del presidente Alan García al culto de Acción de Gracias organizado por la iglesia protestante ha sido interpretada como un acercamiento a los grupos religiosos no católicos del Perú, queda en el aire la duda de una probable segunda intención de ganar popularidad.
"Ningún político y menos el señor García, hace algo sin pensar en el efecto en su popularidad"
Para el analista político Carlos Reyna, la visita de García y sus ministros al templo de Pueblo Libre es una manera de intentar lograr una buena relación con los grupos religiosos, principalmente si se trata, dijo, de un mandatario que tiene problemas de aprobación en las encuestas. Para un presidente con poca popularidad, no carece valor ningún grupo en particular. Ningún político y menos el señor García, hace algo sin pensar en el efecto en su popularidad”, sostuvo el analista.
Reyna también señaló que si el mandatario asistió al Te Deum católico, porqué no habría de hacerlo a un culto protestante.
Esta necesaria práctica de pluralismo religioso se da, en opinión del analista, en la medida que los protestantes representan el 15% de la población e inclusive son predominantes en ciertas zonas del interior del país, particularmente en la selva peruana.
De otro lado, se refirió al mensaje presidencial el cual estuvo pensado “para impactar a los medios de comunicación” e imponer una agenda que haga olvidar algunos problemas como el que le ocasionó la dación de polémicos decretos supremos. “Con el mensaje quiso poner en los medios una agenda distinta y lo ha logrado”, concluyó.
miércoles, 1 de agosto de 2007
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