lunes, 8 de setiembre de 2008

REFLEXIONES POLÍTICAS SOBRE KEIKO FUJIMORI Y OLLANTA HUMALA

Keiko Fujimori y Ollanta Humala simbolizan la "mano dura" que muchos anhelan en el Perú del siglo XXI, algo que nos viene desde antaño no sólo desde la época de la Colonia sino desde los mismos orígenes del Imperio de los Incas.
Un estilo de gobierno, no muy contemplativo de las formas democráticas, sino uno de gestión mas ejecutiva, sin tanto palabreo y mas acción práctica, es lo que le gusta y con el que se sienten identificados la gran mayoría de peruanos.
Keiko Fujimori hereda de su padre la imagen de ser la líder pragmática y eficientista, y de la eficacia política no tradicional; lejos del palabreo y la esgrima verbal de los políticos tradicionales, ella tiene la misión de liberar a su padre, de articular una bancada que tiene claro que su función es la de ser el blindaje político a Alberto Fujimori Fujimori, y finalmente porque los fujimoristas son concientes de una gran verdad: no hay Fujimorismo, sin Fujimori.
El Publico electoral en mayoría, en verdad poco conoce y reconoce de teorías y postulados políticos, quiere ver a los lideres activos y ejecutivos, haciendo obras concretas y tomando decisiones prátcias, el tipo de lideres que reniegan de los burócratas, de los que se saltan por encima los tramites y "hacen cosas"
Y si para "hacer mas cosas", es necesario, prescindir de eso que se llama democracia, termino que usan los políticos tradicionales, pues bien, hay que prescindir de eso, no porque no lo entiendan, sino porque no lo ven útil.
Ahi ensayo una razón porque hay gente que no es de izquierda o como sin tener una definición política, apoya a Humala, lo ven como militar y por lo mismo, ¡el sabe mandar! y pondrá orden en este caótico panorama donde lo importante será desplazado por lo urgente, porque la parsimonia del estado y de sus burócratas y políticos tradicionales fallan.
Eso es el populismo del siglo XXI, y se practica por derechistas como Fujimori, así como por izquierdistas trasnochados como Humala.
Los argumentos ideológicos no caben en razonamientos como estos, es simple, la gente quiere lideres que hagan y no que digan: "Hechos y no palabras", como bien decía el célebre dictador Manuel Apolinario Odría, quien gobernó nuestro país de 1948 a 1956.
En ese sentido, ¿acaso el líder debe renunciar a su labor docente?, yo creo que nunca; como bien dijo el Dr. Luis Bedoya en una charla de la Escuela Mario Polar en el PPC, siendo interpelado por un joven del partido: ¿maestro que debo hacer para seguirte? (en alusión al pasaje bíblico) nuestro buen Luis Bedoya Reyes respondió: "No hagas lo que digo, sino lo que hago".

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