Hoy se cumplen diez años de la operación militar que se convirtió en la hazaña histórica más importante de los últimos tiempos. En virtud de ella, el Perú se cubrió de gloria con sus héroes nacionales quienes con coraje y valentía, supieron dejar bien en alto, el nombre del PERÚ ante la COMUNIDAD INTERNACIONAL; SUPERANDO INCLUSIVE EN EFICACIA Y EFECTIVIDAD al RESCATE MILITAR realizado al interior de la Embajada de los Estados Unidos, en Irán, en 1979; tras la Revolución Islámica, de corte fundamentalista, del Ayatollah Jhomeini.
Esta es una de operaciones militares más grandiosas de todos los tiempos, en la que se rescataron de manera exitosa a 72 rehenes que habìan estado secuestrados por 126 días a manos de las huestes terroristas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), en la residencia del embajador japonés de ese entonces, Morihisa Aoki.
Los terroristas del MRTA, que mantuvieron en suspenso a todo el Perú y al mundo, estuvieron al mando de Néstor Fortunato Cerpa Cartolini, alias camarada "Evaristo" y secundado por Roli Rojas Fernández, alias camarada"El Árabe" y Eduardo Nicolás Cruz Sánchez, alias camarada "Tito", quienes dirigieron el accionar terrorista de Luz Dina Villoslada Rodríguez, alias camarada "La Gringa", Alejandro Huamaní Contreras, Adolfo Trigoso Torres, Víctor Luber Luis Cáceres Taboada, Iván Meza Espíritu, Artemio Shigari Rosque, alias camarada "Alex" o "Cone", Herma Luz Meléndez Cueva, alias camarada "Cynthia", Bosco Honorato Salas Huamán, Salomón Víctor Peceros Pedraza y otros dos terroristas, de las filas del MRTA, que no han sido identificados hasta la fecha, cuyos restos han recibido cristiana sepultura, siendo codificados como NN4 y NN13 (es decir se desconoce en su totalidad su identificación civil). Estos terroristas ingresaron a la residencia del Embajador japonés, fuertemente armados con armas con armas militares de largo alcanze, granadas militares, entre otros pertrechos militares.
Los terroristas ingresaron a la residencia del Embajador japonés, el 16 de diciembre de 1996, antes de las 8:00 pm, sorprendiendo a un despreocupado vigilante de seguridad de la residencia. La táctica era, pues, la de hacerse pasar por miembros de un equipo médico que llegó raudo al interior de una ambulancia, ante el llamado de una falso médico y una inexistente enfermera.
En ese momento, eran 600 los invitados que estaban dentro de la residencia del embajador japonés. Como se conoce, dicha reuniòn la ofreció el embajador japonés con motivo del natalicio del Emperador Akihito.
Gracias a las negociaciones con los asaltantes, Michael Minning, el representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), también invitadoa a la recepción, consiguió la liberación de todas las mujeres, entre quienes se encontraban Doña Mutsue Inamoto de Fujimori y hermana Juana Fujimori Fujimori, madre y hermana del entonces presidente, Alberto Fujimori. Resulta evidente que los terroristas jamás se percataron que tenìan entre sus manos a los familiares más cercanos al ex-mandatario.
Tenemos que dejar bien en claro que desde un primer momento, gracias a la férrea personalidad del ex-Presidente de la República, Alberto Fujimori Fujimori, el Perú en ningún momento
cedió ante la amenaza de estos vándalos terroristas, quienes exigían, chantajeando desde un inicio al gobierno de ese entonces, la liberación de 400 terroristas que habìan sido encarcelados con justicia en las diferentes prisiones y centros penitenciarios del país.
Los emerretistas, así como los caviares de ayer y hoy y los miembros de la CVR, los denominaban "presos políticos". Huelga decir que eso es algo totalmente inaceptable para nuestro intelecto.
Olvidan (y pretenden hacerlo) que estos inefables terroristas, amenazaron inclusive con asesinar al entonces Canciller de la República, Francisco Tudela Van Breuguel Douglas, si es que el gobierno de Fujimori no accedía a sus peticiones ni a sus demandas.
Así que así tenía la cosa el gobierno del ex-Presdiente Fujimori, cuya estrategia podría ser catalogada como una "Muralla China", ante el chantaje y la insanía terrorista; ya que de haber obrado de otro modo, eso hubiera implicado, el tener que "arrodillarse", ante la presión de 14 dementes terroristas; acá lo importante realmente era tener los siguinetes objetivos:
1.- De una vez por todas, existía la imperiosa necesidad de rescatar con vida a todos los rehenes, que se hallaban al interior de la residencia del Embajador japonés.
2.- Restablecer el Estado Constitucional y Democrático de Derecho que había sido violentado por el accionar terrorista.
(Ver el siguiente post.......)
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