CHAPEAU AL PPC!!! LAS DECLARACIONES DE LA DRA LOURDES FLORES NANO SOBRE CHILE SON COMO PARA SACARSE EL SOMBRERO!!!

Este es el Editorial del Director del Dirario "Expreso", Luis García Miró quien realiza un gran análisis histórico sobre las propuestas de avanzada del Partido Popular Cristianom desde hace más de 20 años y que de haberse puesto en práctica desde más antes hubieran llevado a nuestro país hacia un BUEN RUMBO, sin la necesidad de Golpes de Estado ni manejos ultraortodoxos liberales de la Economía de nuestro país.

Lourdes Flores –a nombre del Partido Popular Cristiano– se ha pronunciado sobre la situación nacional a través de una sesuda propuesta denominada “Un país, dos estrategias”. Y es estratégica porque, al margen de referirse a la realidad del Perú actual y demostrar que es la líder de la oposición pensante, alcanza una iniciativa que, en gesto democrático, el gobierno debería atender.
Nuestro editorial se ocupa en extenso de este importante aporte del PPC de cara a la búsqueda del progreso nacional.

Hace tres décadas –bajo la mente ilustre de Luis Bedoya Reyes– el PPC fue un real artífice, un abanderado de avanzada que propuso cincelar en la Constitución el principio de la economía de mercado como política de Estado. Brillantes pepecistas se batieron en solitario ante un abanico de partidos políticos –y muchos politicastros– que denigraron hasta la náusea la tesis libremercadista, anatemizándola como el Anticristo del pueblo. Esa gesta invalorable que hoy se refleja en el singular éxito socioeconómico del Perú –tras soportar estoicamente 15 años de arraigamiento de la propuesta pepecista del libre mercado– ese solo hecho, repetimos, a nuestro entender le costó el veto a la presidencia primero a Bedoya Reyes y luego a Lourdes Flores, luego que una inmisericorde orquestación izquierdista –de todo pelaje– motejara al PPC de partido derechista, pro empresario, antipopular, limeño, pituco, etc.

Sin embargo, pese a los apocalípticos presagios de la zurda criolla, gracias tan sólo a 15 años de raigambre de esa economía de libre mercado –inclusive con limitaciones– el Perú de hoy es diametral, superlativamente superior a ese país frustrado de fines de los sesenta hasta finales de los ochenta, gobernado primero por una dictadura militar socialista y rapaz; luego por un régimen incapaz de levantar la yugoslavizació n que heredó del velasquismo; y finalmente por Alan García I que pulverizó la economía y enardeció al terrorismo. Recordemos que –como consecuencia de veintitantos años de socialismo nativo– esta nación estuvo acostumbrada a la opresión; a estar dirigida por gente canallesca; a actuar como sociedad empobrecida, formadora de colas y sin futuro; a sufrir carencias, complejos y resentimientos; a ser sometida a confiscaciones; sin libre información, ni tenencia de moneda extranjera, ni salidas al exterior previo permiso, etc.; privada de la libertad de palabra; sujeta a persecuciones, deportación, maltrato, etc.

Ese cambio en la calidad de vida del peruano –que hoy goza de absoluta libertad y es testigo de un crecimiento económico jamás visto– en gran medida se lo debemos a los visionarios, testarudos, valientes dirigentes del PPC que supieron inmolar su futuro político –cortoplacista– a cambio de ofrecerle al país una nación digna, próspera y libre.

Resta a los seguidores de Luis Bedoya Reyes saber capitalizar ese fenomenal esfuerzo, exhibiendo los éxitos de los que hoy disfruta la sociedad gracias a su tesón y sacrificio.