jueves, 24 de mayo de 2007

Las Repercusiones Culturales y Sociales, tras la Revolución de Mayo del 68 Francés.

Los "valores" de Mayo del ’68 disolvieron los fundamentos ideológicos tradicionales de la sociedad francesa y de otras muchas sociedades en el mundo, incluyendo España, a través del prisma propio de una transición política que también fue cultural.

¿Cuáles eran los "valores" contravalores del Mayo francés y de dónde provino su fuerza?

Fue ante todo un movimiento libertario, de corte anarquista, aunque muchas veces rehusó toda etiqueta, incluso la del anarquismo esta rebelión era tanto anticomunista como anticapitalista. Aunque los maoístas, trotskistas y anarquistas trataban de situar sus banderas al frente de la insurrección parisina, fueron una y otra vez desbordados e ignorados por la marea humana que tomó las calles, las facultades de las diferentes universidades y los lugares de trabajo durante más de un mes.

¿Los rebeldes del Mayo Francés, qué hacían y qué querían?
Este movimiento era tanto todista como nihilista es decir: Todo y nada, a lavez.
Los jóvenes querían cambiarlo todo, pero para saber cómo se reunían y discutían a lo largo del día mientras que la noche era el espacio íntimo para la liberación sexual. Naturalmente, sin llegar a ningún acuerdo ni a ninguna decisión. Se habló mucho respecto de las grandes asambleas permanentes de la Sorbona o el teatro Odeón. Pero allí estaba el espectáculo.
Donde se produjo la transformación fue en las miles de asambleas y reuniones en facultades, liceos, empresas, oficinas de la administración pública, salas de redacción de los mediosde comunicación, en cada ámbito de la vida cotidiana de la gente, incluidos los hogares en donde los hijos discutían con sus padres y las alcobas donde las mujeres plantaron de cara al marido, sin hacerlesel más minimo caso
En esas reuniones pudieron decirse unos a otros, y sobre todo a los jefes, lo que nunca se atrevieron a decirse a la cara y propusieron nuevas formas de trabajar y relacionarse, desde las más utópicas hasta las más concretas. Y, naturalmente, como no había tiempo para trabajar hubo huelga general casi un mes. No tanto porque se quisiera hacer huelga, ya que como dijimos el movimiento no era esencialmente comunista ni socialista; sino queen su esencia netamente anarquista, había cosas más importantes que hacer, tales como reinventar el mundo empezando por el lugar de trabajo.
Salieron ideas y proyectos, así también antivalores que, andando el tiempo, marcaron la forma de pensar de la gente, sobre todo de la nueva generación que vivió el Mayo del ’68 de jóvenes, que pronto fueron la generación decisiva en la sociedad; sin embargo, por encima de todo, como dice Sarkozy, lo fundamental fue el rechazo del principio de autoridad, de invocar la disciplina de las instituciones de la sociedad, con la tranquilidad de conciencia de decir que emana de gobiernos democráticamente elegidos.
La observación del antes y después de Mayo del ’68, en Francia y en Europa, muestra cómo valores apenas emergentes en los ’60 se hicieron dominantes en los ’80 y ’90, sobre todo entre los cuarentañeros, a partir de distintas versiones d0e la revolución cultural de 1968 (1967-1969 en Alemania, 1969-1970 en Italia, 1968 en Japón, 1964-1968 en EEUU, 1969-1973 en España, etcétera). La incapacidad de las instituciones del Estado para reformarse sobre la base de nuevos valores condujo a su crisis. Y fue entonces, en la última década, cuando los embates de la globalización y los conflictos identitarios exigieron una respuesta a instituciones que habían perdido su capacidad de acción porque no se correspondían con su sociedad.
En esas condiciones, si no se quiere o no se puede reformar las instituciones en torno a nuevos principios, se reafirman los valores tradicionales, los de siempre, mediante la disciplina, en una práctica gradualmente autoritaria con el apoyo de un sector importante de la sociedad. De aquellos que no hicieron la transición a la cultura de la libertad y de aquellos que tras haberla hecho tuvieron vértigo del vacío en un mundo en plena transformación estructural. Y es que decir que la cultura de Mayo del ’68 es la cultura de la libertad no prejuzga los contenidos y usos de esa libertad. Como decía un antecesor de Sarkozy: ¿libertad para qué? ya que hay que recordar que a cada una de las libertades que posea el individuo debe ir acompañada conjuntamente con una RESPONSABILIDAD, lo que debe generar una LIBERTAD CON RESPONSABILIDAD o una LIBERTAD RESPONSABLE.
La Revolución de Mayo del 68 trajo a Francia un François Mitterrand que inició sus 14 años como Presidente manipulando el sentimiento de cambio social en el que personalmente nunca creyó, masbien generando un clima de caos y corrupción, al interior de Francia.
Y es que la revolución de Mayo de 1968 fue cultural, no política, no buscaba el poder, sino disolverlo, por lo que ganó las mentes, no las burocracias.
En último término, son las mentes -nosotros- quienes decidimos nuestro destino. O sea que Sarkozy tiene razón en lo fundamental: son los valores los que organizan la sociedad y hacen que éstas prosperen y se desarrollen como debe ser, en cualquier tiempo y lugar en la Historia.

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